Como el Ave Fénix, después de no avanzar durante casi tres años, decidí poner en marcha el motor Continental. Fueron tres meses de tareas de limpieza y lubricación de distintas partes hasta que encendió. ALELUYA! qué bien suena!
Como hice tantos intentos sin éxito (fines de semana de tres largos meses), cuando ya estaba a punto el magneto y corregido el carburador, arrancó como si fuera nuevo y al máximo de sus revoluciones. Pero había olvidado calzar las ruedas y entonces salió disparado y chocó a unos tres metros, con la suerte de no sufrir ningún daño.
Durante el verano 2017/18 continué con el molde del acrílico de la cabina porque en varios años no conseguí quién alguien lo hiciera. Desempolvé el modelo de telgopor y cartón que empecé y decidí hacerle unas plantillas de media esfera que me sirvieron de regla. Lo mejoré con unas capas de yeso y enduido plástico. Dos o tres meses de interminado lijado y rellenado.
Después hice los moldes de Fibra de Vidrio.
Así quedó presentado en el fuselaje.
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