Veleritos “Sin Cola", por Dr. Reimar Horten,
Revista Nacional de Aeronáutica, Octubre 1949, nro. 10, pág. 17-18; Buenos Aires,
Argentina.
La pregunta de un aficionado sobre la conveniencia
de recomendar la construcción de un pequeño velero "sin cola", de
bajo costo y performances discretas, motivo las declaraciones que transcribimos,
del Doctor Reimar Horten, que resultaran de indudable interés para todos los
entusiastas del vuelo sin motor en nuestro país.
Como
veleritos para vuelos de performance, considero al avión sin motor de 12 metros
de envergadura mínima, por ser este el límite inferior que asegura resultados
satisfactorios en el vuelo a vela. La
conveniencia de construir este velero como avión sin cola, debe estudiarse
desde los siguientes puntos de vista:
¿Puede
ahorrarse material y mano de obra construyendo un velerito sin cola? ¿Es
factible la construcción del mismo por un grupo de aficionados? ¿Son
satisfactorias sus características de vuelo y las performances realizables y
pueden compararse las mismas con las de otros veleritos del tipo convencional
con cola?
Dentro
de la forma de construcción "sin cola", se presentan dos soluciones
equivalentes, pero surgidas de planteos distintos del mismo problema.
I.- La solución en forma de ala volante
Partiendo de la base de situar al piloto en la posición
convencional, es decir, sentado, trae como consecuencia una cuerda de perfil
muy profunda en la raíz del ala. Aun, ubicando la cabeza del piloto dentro de
una tapa-cabina que sobresalga del perfil y empleando una quilla para el patín
que resulte de la parte inferior, se obtendrá un perfil de unos 40 a 50
centímetros de altura y, por consiguiente, una profundidad de unos 2.50 metros
(Figura 1).
Con una superficie alar de 16 a 18 metros
cuadrados, con su correspondiente alargamiento no mayor de 9, significaría una
relación de planeo de 1:22 máximo. La velocidad de descenso estará en los 70
centímetros por segundo, condicionada lógicamente a la carga alar.
Este
planteo del problema fue resuelto con el modelo Horten I, aparato que intervino
exitosamente en el Concurso de Vuelo a Vela del Rhön de 1934, y fue un
prototipo "velero para vientos suaves".
La carga
alar de este tipo se mantenía inferior a los 10 kg/m2 y permitía velocidades de
vuelo muy reducidas, que lo hacía muy conveniente para el aprovechamiento de
los vientos suaves de las colinas. Como estos veleros para vientos suaves son
ideales para realizar virajes de poco diámetro, resultan muy apropiados para
vuelos a vela térmicos de altura y duración. También con ellos pueden realizarse
vuelos de distancia interesantes a favor del viento, pero cuando se trata de
alcanzar altas velocidades de crucero, tal como se necesita en los vuelos de
distancia con destino anticipado, o en los vuelos en que se desee ganar
distancia en contra del viento, los veleros de baja carga alar no darán
resultados satisfactorios.
Comparando al velero descrito con otro construido en la forma
convencional con cola y de la misma envergadura, notaremos que la resistencia
menor del ala volante no llega a equiparar la desventaja producida en la curva
polar de la velocidad por la menor carga alar. Esto significa que en el vuelo
rápido, el ala volante es solo superior a un velero convencional, cuando las
cargas alares son iguales. Pueden esperarse ventajas adicionales con el diseño
basado en perfiles laminares, beneficios que serán notablemente sensibles en el
ala volante debido a la gran cuerda del perfil.
Las desventajas provenientes del alargamiento bajo
y de la carga alar reducida consiguiente, podrán evitarse construyendo al
velero con el piloto en la posición acostada boca abajo (Figura 2).
Otra posibilidad de desarrollo interesante se
presenta para el ala volante con el piloto en posición "suspendido",
como en los primitivos planeadores, es decir, el piloto se encuentra en
posición horizontal y con sus piernas retraídas dentro del perfil alar (Figura 3).
En esta forma, no solo se reducirá el costo de
construcción, sino que también se simplificara el mantenimiento y las
condiciones de vuelo, ya que tanto el transporte del aparato como su
lanzamiento pueden realizarse con el único empleo de las piernas del piloto.
Fijando como condición la existencia de una colina desde la cual sea posible el
decolaje con poca carrera del piloto, este modelo de ala volante permitirá
realizar performances de duración, de altura y de distancia con viento a favor,
sin la asistencia de personal alguno.
En los
antiguos planeadores del tipo "piloto suspendido" era normal
maniobrar por el desplazamiento del centro de gravedad del piloto. No
recomiendo tal sistema, y propongo construirlos con el sistema de mandos del
tipo corriente. La velocidad de descenso mínima estará en los 50 a 55
centímetros por segundo y el ángulo de planeo optimo en 1:22. La carga alar reducida
permitirá localizar y centrar las térmicas con gran facilidad y se podrá
aprovecharlas virando con poca inclinación, a la manera de una hoja seca.
Todos estos factores permitirán lograr marcas
notables en vuelo a vela, por lo que debo suponer que esta "ala volante de
piloto acostado", llame la atención de los interesados, máxime si se considera que puede ser utilizada a
manera de "localizador de térmicas" en combinación con alto-veleros
de gran envergadura.
II- La solución en forma de velero sin cola
Mi idea
al respecto es la de una maquina con alas en flecha de gran alargamiento y con
un "rudimento" ovoide de "fuselaje" tomado a media altura
entre el ala, en el cual el piloto se alojara en posición sentada. Este diseño
permitirá relaciones de planeo de hasta 1:26, dentro de la envergadura de 12
metros, <Picture>lo que permite compararlo - aun en altas velocidades-
con los alto-veleros usuales. Tomando como base una carga alar normal de 18 a
20 kg/m2, la velocidad mínima de descenso será de unos 60 centímetros por
segundo (Figura 4).
Prescindiendo
de los perfiles laminares y de la posición acostada del piloto, considero al
modelo bosquejado como la solución ideal del problema constructivo
"velerito de performance".
Se
sobreentiende que un ala volante o un velerito sin cola no será desmontable y,
por lo tanto, se transportara siempre como pieza única. Esta razón abaratara y
simplificara notablemente la construcción, ahorrándose por otra parte un peso
superfluo. Por la misma razón de simplicidad y de peso, se prescinden del
agregado de aletas hipersustentadoras, innecesarias para el aterrizaje por la
velocidad de por si reducida, y que en el vuelo a vela térmico no reportan
ventajas. En otras palabras: el aumento de la velocidad de descenso con aletas,
tiene más influencia que la compensación producida por un radio de viraje menor
a la misma inclinación, motivado por el aumento del coeficiente de
sustentación, de modo que con aletas no se logra un ascenso mayor en las
térmicas.
Como
timón de dirección he usado hasta la fecha con excelentes resultados frenos en
los extremos del ala. Considero que todo velero moderno requiere aletas de
freno contra velocidades exageradas y como control del ángulo de planeo en el
aterrizaje. En el avión sin cola,
trasplanto estas aletas mas hacia los extremos del ala y las hago asumir a la
vez la función de timón de dirección.
Para la función combinada de alerones y de timón de profundidad,
resultan suficientes dos aletas del tamaño y ubicación de los alerones
convencionales, lo que reporta una ventaja apreciable en el peso. Si luego de
considerar las posibilidades descritas comparo a dos aviones, uno con cola y
otro sin cola, con la condición que ambos tengan la misma envergadura y carga
alar, observo que el avión sin cola tendrá menos superficie alar y por lo tanto
un alargamiento mayor. De ello deduzco que el mismo velero sin cola tendrá un
costo de materiales y de mano de obra
menor, con un rendimiento de vuelo superior.
Examinando
al detalle los tres factores: costo de materiales, características de vuelo y
mano de obra en la construcción, noto las siguientes diferencias entre los
veleritos con y sin cola:
Por un lado, todos los veleros sin cola sufren un
recargo del 5% en el peso básico alar, producido por la flecha de
aproximadamente 20 grados que forma el larguero (llamo peso básico alar al
cociente que resulta de dividir el peso de las alas por su superficie).
Por otro
lado se producen reducciones de peso por las siguientes razones:
a) Supresión
de la sección de fuselaje anterior a las alas y, por lo tanto, reducción de la
longitud de la máquina de 1.2 a 1.50 metro.
b) Supresión
de la parte del fuselaje que sostiene el empenaje.
c) Supresión
del timón de profundidad, pues los alerones asumen su función, sin recargo de
peso.
d) Supresión
del timón de dirección, pues las aletas de freno asumen su función, sin recargo
en el peso.
e) Supresión
de un sistema de comandos, pues el comando de alerones funciona en combinación
como comando de profundidad.
f) Supresión
de tomas de montaje, pues resulta posible el transporte del velero por
carretera, sin desarmarlo, merced a su longitud reducida.
g) Menor
superficie de las alas a igual carga alar que el velero convencional con cola.
Con
respecto a las características de vuelo, quiero reafirmar ante todo el
excelente comportamiento observado en mis veleros durante el vuelo en pérdida
de velocidad. Las alas en flecha dan al avión sin cola una amortiguación
longitudinal superior en más del doble a la del avión convencional; por lo
tanto, y a pesar de su momento de inercia menor, todos los movimientos
alrededor del eje transversal se producen con la misma velocidad angular. La
sensibilidad contra rachas es igual en todos los veleros sin cola que en los
con cola, ya que la misma depende, en primer lugar, de la carga alar, vale
decir, del peso.
Ni por
la estabilidad de la maquina ni por la reacción de los comandos, un piloto
puede asegurar que está volando un avión con o sin cola; por lo tanto, el
cansancio mental se produce en ambas alternativas por igual.
Refiriéndose a las diferencias de mano de obra que median entre la
construcción de uno u otro avión, considero que la construcción de un velerito
sin cola no es más complicada que la del mismo con cola. El aumento de trabajo
que reporta hacer alas en flecha con relación a las alas rectas, es menor al
que ocasionan las alas acodadas con respecto a las mismas rectas. En lo que se
refiere al alabeamiento alar, este debe calcularse en exceso, para compensar
deficiencias que pueden producirse durante la construcción por un grupo de
aficionados. Las pérdidas de fineza aerodinámica que se producen en esta forma
son las mismas en todo caso, pero no podrán evitarse sin la aplicación de
dispositivos especiales de armado y control.
Resumiendo todo lo antedicho, afirmo que considero promisorio el
desarrollo del velerito de performance, ya sea construido como ala volante tipo
"piloto acostado" o como "velerito sin cola con piloto
sentado".
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